- La tendencia a participar en estudios en fase I está en alza
- Este tipo de estudios es más efectivo en tumores pocos frecuentes, por las pocas alternativas terapéuticas estándares que existen
- La Fundación MD Anderson trabaja en la creación de la mayor unidad de ensayos clínicos en fase 1, para tumores sólidos y hematológicos, en España.
Estos últimos años los avances en materia de cáncer han sido muy importantes y gran parte de esos hallazgos se debe a la multitud de ensayos clínicos cuyos resultados han dado respuesta a nuevos tratamientos capaces de cronificar e incluso remitir algunos tipos de cáncer.
Dentro de este tipo de ensayos el doctor Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid – Hospiten, destaca sobre todo los ensayos clínicos fase I, es decir, aquellos que parten de datos preclínicos (líneas celulares o animales) y que, como enfatiza: “suponen la primera vez que se prueba un fármaco en personas”.
Esta primera prueba en humanos son, sin lugar a dudas, una “oportunidad para los pacientes” asegura Grande quien además añade que es importante en dos aspectos: por la necesidad de extremar las precauciones en torno a la seguridad del fármaco y por la importancia de desarrollar la terapia de forma correcta para evitar el riesgo de “perder fármacos que podrían ser eficaces”
Por eso, en la Fundación MD Anderson España estamos trabajando en la creación de la mayor unidad de ensayos clínicos en fase I de España para todo tipo de tumores, sólidos y hematológicos, cuya inauguración será principios del año 2019.
“Los ensayos fase I son la élite de los ensayos clínicos y una opción terapéutica más que viene a sumarse al arsenal terapéutico de cada tipo tumoral”, apunta el doctor Grande.
Como él mismo señala, “se ofrecen estos ensayos fase I a pacientes con una alteración molecular concreta que en principio serían más sensible a la actividad del fármaco cuya eficacia se quiere estudiar”. Así, un ensayo en fase I es un estudio de evaluación de la eficacia de un fármaco y un tratamiento personalizado en una situación en la que, además, no suele existir una mejor opción de tratamiento comercializada.
De hecho, los tumores poco frecuentes son los que más beneficio potencial pueden obtener de los ensayos clínicos fase I ya que, como indica el especialista, “al haber menos alternativas terapéuticas estándar aprobadas, se agotan antes que en tumores más frecuentes”.
El obstáculo a salvar es la reticencia de la población a formar parte de estos estudios
“la educación de los pacientes es cada vez mayor y, por tanto, también su tendencia y proactividad a participar en este tipo de ensayos”.
Además, este especialista añade que los centros privados se están sumando cada vez más a la investigación, de forma que “muchos de ellos están ya situados en el primer nivel de investigación e incluso lideran determinadas patologías o fases de desarrollo de algunos fármacos”.
Para el jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Madrid – Hospiten, “España se sitúa en a la cabeza en participación en ensayos clínicos liderados por la industria farmacéutica, pero el reto ahora es fomentar la investigación independiente y generar ensayos clínicos propios”.